Absolvieron a obstetra acusada de “mala praxis”

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En el caso de un niño que nació con dificultades y murió a los dos años

 

El Juzgado Correccional absolvió del delito de homicidio culposo a la licenciada en Obstetricia Mónica Mango, quien llegó al debate oral por un caso de supuesta mala praxis. El fallo también ordena poner en conocimiento al Ministerio de Salud provincial del incumplimiento de una resolución por parte del Hospital Municipal.
En el debate oral se ventiló el caso de un niño que nació con serias dificultades el sábado 12 de mayo de 2012, a consecuencia de las cuales fallecería cuando tenía dos años.
La resolución se conoció en la mañana de este lunes y de manera virtual con la participación de todas las partes
En base a las pruebas surgidas en las dos audiencias la jueza Luciana Irigoyen Testa sostuvo que “no hay ninguna posibilidad de haberse producido un desplazamiento de placenta, pues es un accidente que se resuelve en horas”, en relación a la presencia de Erica Fernández en el hospital por controles de embarazo los días 9,10 y 11 de mayo de ese año.
A criterio de la magistrada los síntomas de pérdida de sangre y dolor que manifestó la mujer son “propios del trabajo de preparto, que pueden durar días, no compatibles con un desprendimiento placentario”. Señala que tras el tacto realizado la envió a su casa porque aún no tenía dilatación suficiente para el parto, ni indicación alguna para resolver su internación.
El 12 de mayo de ese año Fernández ingresó al Hospital Municipal con fuertes dolores. Se realizó una cesárea en forma urgente. Como producto del desprendimiento prematuro de placenta, al producirse el nacimiento, el niño padeció una encefalopatía crónica. Fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, pero a causa de esa patología falleció dos años después.
Irigoyen Testa expresó que el viernes 11 de mayo la paciente “no se hallaba cursando un desprendimiento placentario, ni tenía síntomas que lo anunciaran”, considerando que si ello hubiera sucedido en el anochecer del día viernes “no habría habido ninguna posibilidad para que la madre y el hijo siguieran vivos la mañana del día siguiente”.
Y dio por probado que ni realizar una ecografía, ni dejarla internada en la tarde previa a la cesárea habría prevenido ni alertado sobre el desprendimiento de placenta que se desencadenó en la mañana siguiente.
El fiscal Carlos Larrarte había solicitado para la ex acusada una pena de dos años de prisión, de ejecución condicional, así como su inhabilitación especial como profesional por el término de cinco años. Entendió que no se aplicaron los protocolos correspondientes a un caso como ese y consideró que el accionar de Mango incidió en el desencadenamiento de los hechos.
El abogado Sebastián Barletta, en representación de la familia del pequeño, como particular damnificado, había solicitado una condena de cuatro años de prisión, de cumplimiento efectivo, así como su inhabilitación como profesional por el mismo período. En sus fundamentos interpretó que la profesional de la salud demostró “desprecio por la vida humana y cuestionó al sistema de salud, sugiriendo que se pusieron obstáculos para que se conociera lo sucedido.
El doctor Mariano Dufau, defensor de Mango, había pedido su absolución, entendiendo que esta no fue responsable de lo sucedido, ya que la madre del pequeño sufrió un desprendimiento agudo de placenta, lo que constituyó, a su criterio, “un accidente agudo imprevisible”
“El desprendimiento placentario, es un accidente obstétrico, y también en este caso, fue imprevisible y no prevenible”, subrayó la magistrada.
Irigoyen Testa entendió que dicho caso puede ser también un llamado de atención sobre una serie de falencias estructurales en el sistema de salud municipal, como la ausencia de historia clínica perinatal que fue relatada con total naturalidad por las personas que declararon en la causa. “Esto no es sólo preocupante, sino que además es contrario a resoluciones ministeriales”, señala.

 

 

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