Acuerdo histórico en la ONU por la protección de los océanos

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Proporcionará un marco legal para establecer amplias áreas marinas protegidas y así proteger la vida silvestre y compartir los recursos genéticos

Después de casi dos décadas de proceso, los estados miembros de la ONU han llegado a un acuerdo para proteger la alta mar, es decir, todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, aguas interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico.

El acuerdo histórico tuvo lugar en Nueva York, tras agotadoras conversaciones de 24 horas. El llamado Tratado Global de los Océanos es esencial para cumplir el compromiso 30×30 que los países hicieron en la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad, en diciembre, que busca proteger un tercio del mar (y la tierra) para 2030. Sin un tratado, este objetivo estaría destinado al fracaso, ya que no había un mecanismo legal para establecer Áreas Marinas Protegidas (AMP) en alta mar.

El tratado cubrirá casi dos tercios del océano que se encuentra fuera de las fronteras nacionales, y proporcionará un marco legal para establecer amplias áreas marinas protegidas y así proteger la vida silvestre y compartir los recursos genéticos. Además, establecerá una Conferencia de las Partes (COP), la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se reunirá periódicamente y permitirá que los estados miembros rindan cuentas sobre temas como la gobernanza y la biodiversidad.

“Hoy es un día histórico para la conservación y una señal de que en un mundo dividido, proteger la naturaleza y las personas puede triunfar sobre la geopolítica. Elogiamos a los países por buscar compromisos, dejar de lado las diferencias y emitir un tratado que nos permitirá proteger los océanos, aumentar nuestra resiliencia al cambio climático y salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de miles de millones de personas”, declaró Pilar Marcos, responsable de Océanos en la delegación de Greenpeace en Naciones Unidas. “Por fin podemos pasar de las palabras a un cambio real en el mar. Los países deben adoptar y ratificar formalmente el tratado, lo más rápido posible para que entre en vigor, y luego poder crear los santuarios marinos que nuestro planeta necesita. El tiempo sigue corriendo para poder alcanzar el objetivo de protección 30×30. Nos queda media década y no podemos ser complacientes”.

LA IMPORTANCIA DE LOS ECOSISTEMAS OCEÁNICOS

Los ecosistemas oceánicos son responsables de producir la mitad del oxígeno que respiramos y representan el 95% de la biosfera del planeta. Además, son el sumidero de carbono más grande del mundo, ya que absorben dióxido de carbono.

A pesar de esto, hasta ahora, las reglas fragmentadas y poco aplicadas que rigen la alta mar han dejado esta área más vulnerable a la explotación que las aguas costeras.

MARGEN DE MEJORA: LOS RECURSOS GENÉTICOS

Pero si bien este acuerdo entre 193 naciones ha sido un gran logro, los conservacionistas dicen que se ha dejado un margen significativo para la mejora.

En particular, los países acordaron que los organismos existentes que ya son responsables de regular actividades como la pesca, el transporte marítimo y la minería en aguas profundas podrían continuar haciéndolo sin tener que realizar evaluaciones de impacto ambiental establecidas por el tratado.

Uno de los principales temas que dividieron a las naciones desarrolladas y las naciones en desarrollo fue cómo compartir de manera justa los recursos genéticos marinos (MGR). Los MGR incluyen el material genético de esponjas marinas de aguas profundas, krill, corales, algas y bacterias, que atraen cada vez más la atención científica y comercial debido a su uso potencial en medicamentos y cosméticos.

Además, la creación de áreas marinas protegidas y el modelo de estudios de impacto ambiental de las actividades previstas en alta mar también generaron conflictos.

Con todo, en un intento por generar confianza entre países ricos y pobres, la Unión Europea se comprometió a proporcionar 40 millones de euros para facilitar la ratificación del tratado y su pronta implementación. Naturalmente, aún quedará margen de mejora, pero será un gran paso hacia adelante en la protección y conservación de un planeta que es agua en más de un 70%.

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