Agenda post pandemia y oportunidad

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Por ALBERTO ESNAOLA  (dirigente político)

 

Parte del análisis político en estos tiempos debe estar marcado por dos elementos a mi juicio inescindibles entre sí. Uno,  la imposibilidad de los absolutos, debido que aún estamos en transcurso de los hechos. Otro, psicológico, para ver cuán profundo ha calado en la sociedad los daños que según los profesionales de la salud emergerán y que también configurarán un nuevo mapa social.-

Pero la dirigencia política no puede darse el lujo de esperar a que todo pase y deben surgir verdaderos liderazgos que puedan ver más allá, como lo hicieron aún con sus yerros quienes en plena ebullición del siglo XIX diseñaron la Argentina que con sus Corsi y Recorsi llegó hasta el golpe de Estado de 1966; una Argentina con indicadores sociales otrora envidiables, y que desde ese momento hasta la fecha sólo han empeorado.

Quienes somos  padres de adolescentes escuchamos, para nuestra desgracia, que su norte es irse del país. No es algo diferente a lo que muchos adultos piensan y manifiestan, pero no puede resultarnos inocuo o neutro.

Imagino miles de chicos que piensan eso o de cientos de miles más que ni siquiera tienen la chance de hacerlo. Son los que quedaran frustrados o ¨presos¨ de una sociedad que los condenó por su origen o por no darles chance alguna.-

No podemos no hacer nada. La invitación debe ser a construir un futuro para ellos.

Presentado este panorama desolador pero considero realista, debemos preguntarnos qué está pensando nuestra dirigencia política, social, empresarial, religiosa, sindical, científica o profesional.

Ahí se posa hoy mi mirada y desde ahí planteo el desafío o exigencia ciudadana.

Cada sector que componemos la sociedad tenemos derecho a tener una mirada desde nuestra parcialidad y conveniencia, pero también tenemos la obligación de tener una mirada universal que contemple la parcialidad y la del conjunto, para abordar la totalidad de los problemas.

La dirigencia nacional tiene esa obligación para con el futuro de nuestro país, la pandemia trajo la tragedia sanitaria, económica y emocional sin buscarlo y a un precio altísimo, pero al igual que Pandora liberó las condiciones para encarar soluciones que de otro modo sería imposible. Si no, ese precio que estamos pagando  será sólo pérdida.

PACTO DE DESARROLLO

Deben generarse las condiciones para un gran pacto de desarrollo que contemple programas para volver a dotar primero a la educación pública a través de un nuevo Congreso Pedagógico de excelencia y calidad.

En segundo lugar, se debe discutir la nueva distribución territorial de la población, rompiendo la concentración del Gran Buenos Aires que hace inviable un desarrollo sostenido y sustentable con calidad de vida para quienes lo habitan.

Debe generarse un programa para los próximos 30 años, con objetivos por decenios para migrar dicha población. Nuestro país tiene territorio de sobra para hacerlo.

Tercero: se debe discutir una nueva ley sindical que definitivamente rompa con un esquema de reyezuelos que legan de padres a hijos conjuntos de trabajadores como si fueran carteras de clientes en fondos de comercio. La democratización sindical es un imperativo político y moral que va de la mano de un nuevo sistema sanitario.-

Cuarto:  un nuevo sistema de salud que no necesita ser inventado, basta con ver como se gestó el sistema inglés entre otros y adaptarlos a nuestra idiosincrasia.

El financiamiento tripartito del actual sistema sanitario nacional, compuesto por salud sindical con aporte obligatorio de los trabajadores, sistema privado con aportes de los sectores de mayores ingresos y un sistema público sostenido con los impuestos, claramente, ha fracasado.

Los ciudadanos aportamos, vía impuestos aporte de obras sociales y prepagas por tres “ventanillas” diferentes, para finalmente tener una prestación clasista y deficiente.-

Quinto: se debe consolidar un ámbito por ejemplo el Consejo Económico Social Federal, plural, ecuménico e interdisciplinario en donde se escuchen todas las voces y se conformen agendas púbicas y privadas que den sustento a las decisiones.-

Proponer una matriz productiva sustentada sobre las ventajas comparativas existentes, moderna y con tecnología de punta que sirva de base para un salto cualitativo que nos ponga en competencia en segmentos o nichos de desarrollo donde hoy no aparecemos como son la robótica, inteligencia artificial etc etc.

Para lograrlo es central un sistema educativo que genere el desarrollo humano a la altura de lo que el futuro demanda. No son los recursos naturales no renovables la ventaja comparativa en el siglo XXI, hoy es el recurso humano calificado. Hacia ahí debemos marchar.

Esta agenda a construir se la deben a las generaciones venideras, es la invitación a construir un futuro y no a mostrarles y desearles suerte en un exilio casi como destino irreductible.

TEMAS CASI VEDADOS

No soy incauto o inocente y sé que estos temas casi están vedados al debate porque, de hacerlo afectaría directamente los intereses directos sobre los que se sostiene al principal partido político de la Argentina. Aún así, creo que de no hacerlo sólo profundizaremos la decadencia y consolidaríamos la idea de sociedad fallida que ven nuestros jóvenes. No debemos resignarnos:  es un imperativo moral.-

Nuestra dirigencia política debe aportar temas y seguramente visiones diferentes, lo que no puede es dejar pasar la oportunidad, quedarnos sólo en la queja o resignados a que los beneficios de un escenario político así, asegura un lugar bajo el sol solo para algunos.-

Si no se animan y no comprenden esto, seguramente serán solamente dirigentes de coyuntura y como dice la frase de Rodolfo Walsh: “Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante; y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra”

 

 

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