Bahía de los Moros, un exclusivo desarrollo inmobiliario

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Así lo resalta el diario “La Nación” en una amplia nota sobre el barrio privado loberense

El “Pueblo de mar Bahía de los Moros”, ubicado sobre playas del Partido de Lobería, en cercanías del balneario Arenas Verdes, fue destacado como “el desarrollo inmobiliario más exclusivo de la costa atlántica” en una extensa nota publicada por el diario porteño “La Nación”.

El texto está acompañado de numerosas fotografías de diversos espacios que forman parte de Bahía de los Moros, extraidas de la cuenta de Facebook del barrio privado y su autor resalta el desconocimiento que se tiene acerca de la existencia de este “pueblo de mar”, como se lo denomina. “Es el secreto mejor guardado de la costa. Quizás porque sus dueños no buscan publicidad ni levantar su perfil, sino todo lo contrario: pasar desapercibidos, acota.

A su criterio, su singularidad “radica en un factor, que lo diferencia de todos los demás emprendimientos de la zona y que es que sus fundadores son extremadamente exquisitos a la hora de decidir a quién vender sus lotes”. En tal sentido, revela que “por ahora, sólo le dan el visto bueno a amigos y conocidos, manteniendo así un círculo cerrado y compacto de vecinos”.

Acerca de este exclusivo barrio privado, se añade en el artículo que “sus desarrolladores, que en la primera etapa pusieron a la venta 83 lotes, se mantienen alejados de la prensa”.

El ingreso al predio, a 30 kilómetros de Lobería sobre la Ruta 88, está protegido de los turistas curiosos por una tranquera de madera con un tablero digital, donde los propietarios pueden escribir  un código secreto para poder entrar.

En este paraíso de la costa atlántica, en el que se combina lo agreste con la modernidad de sus construcciones, es habitual que lleguen helicópteros y avionetas, en los que suelen llegar algunos de sus habitantes, provenientes mayoritariamente de Buenos Aires.

Los impulsores de este desarrollo inmobiliario fueron el empresario Fernando Mihanovich y su esposa María Victoria de las Carrreras, que es decoradora.

Hace 10 años decidieron darle forma en un espacio de 600 hectáreas de dunas vírgenes, tierra arenosa y arbustos salvajes.

Hoy ese paisaje se combina con canchas de polo, tenis y fútbol. Cuenta con pista de aterrizaje para aviones privados y también hay un parador con restaurente.

Una de las consignas es que se respete el hábitat natural. Otra, es que sea una vecindad de amigos y conocidos.

Es requisito, también, que no se plante cualquier árbol o especie. Y está regulado qué materiales pueden utilizarse para construir las viviendas. No hay alambrados ni cercos en el interior del barrio. Por ahora hay menos de 50 construcciones.

Entre otros compromisos de los vecinos, se incluye el uso responsable de los recursos naturales, la preferencia por las energías alternativas y el cuidado de la flora y fauna autóctonas    

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