Reutilizando un galpón e instalaciones de avenidas Alte. Brown y Juan de Garay
Un Centro Integral de Formación Portuaria, que incluirá consultorios médicos, un auditorio, salón de eventos, restaurante, museo y espacio para estacionamiento de vehículos será construido en un predio de Puerto Quequén, ubicado en la intersección de las avenidas Almirante Brown y Juan de Garay. Incluirá el uso de un antiguo remolcador que se halla abandonado como parte de un paseo.
El anteproyecto fue presentado este lunes por el presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Jorge Alvaro, en tanto que brindó precisiones el arquitecto Jorge Alonso, integrante del estudio de profesionales que elaboró el diseño.
Será reutilizado un viejo galpón, así como el resto de las instalaciones existentes en ese espacio, en el que años atrás se proyectaba instalar una maltería, iniciativa que finalmente no se concretó.
El centro de formación portuaria estaría destinado a la terminalidad de estudios primarios y secundarios, al tiempo que se brindaría capacitación en diversos oficios.
El proyecto contempla cinco aulas simples para 100 alumnos y otras dobles destinadas a otros 160. El auditorio tendría una capacidad para 120 personas.l
La edificación a construirse contaría con salas para médicos, odontólogos y oftalmólogos. También una biblioteca, sala de profesores, taller de soldadura naval, taller/escuela de buceo, taller/escuela de náutica, simuladore de pilotaje de remolcadores, simulador de manejo de gruas y grampas y un bar-bufffet.
Asimismo, se prevé destinar un espacio cerrado para productores locales y otro para feria, así como esparcimiento para niños.
La superficie total, incluyendo planta baja y planta alta, alcanzaría los 2664 metros cuadrados.
Alvaro hizo mención a la edificación durante la presentación. “Arribado en noviembre de 2020 con directivas claras del gobernador de la Provincia en cuanto a promover el desarrollo portuario en medio de la pandemia que asolaba, la primera imagen que vi fue la de un galpón estratégicamente ubicado justo en la zona de ingreso al recinto portuario, del lado de Quequén”, apuntó.
Aludió a una “construcción noble y sólida, evidentemente abandonada desde mucho tiempo atrás, sólo poblada por varios automotores en estado similiar y cientos de palomas como únicos usuarios reales”.
Añadió Alvaro que “un primer elemento rector de toda empresa de cualquier tipo es el orden de sus recursos humanos y materiales: su optimización en sintonía con el medio ambiente. En este caso, se imponía transformar esa superficie en algo socialmente útil. Allí sugrió la idea de un centro de formación en actividades portuarias”.
Sintetizando, el funcionario recalcó que el trabajo presentado “es la síntesis de diseño arquitectónico y equipamiento apto para brindar el espacio adecuado a los fines de formar y especializar personas aptas para el trabajo en el puerto de Quequén”.
