La disposición final de la basura en el distrito y la falta de tratamiento de los residuos
Cuando la empresa Farfallini dejó de prestar el servicio de recolección de residuos en el distrito de Necochea en el año 1998, el municipio hizo un llamado a licitación para contar con una nueva prestataria.
Fue la empresa Alvarez y Patiño la ganadora, que impresionó en su desembarco en la ciudad con modernas unidades, algunas de ellas ploteadas con imágenes de lugares de Necochea. Pero no pasó mucho tiempo para que se produjera el desencanto.
La empresa, que en el año 2000 comenzó a arrojar la basura en un predio ubicado junto al camino viejo a La Dulce, en cercanías de la Ruta 228, pocos meses después incumplió varios de los requisitos del pliego de bases y condiciones.
Ello derivó en inspecciones, denuncias e inclusive allanamientos. Hasta que en octubre de 2001 se dejó sin efecto el contrato con Alvarez y Patiño. La empresa se fue de la ciudad sin pena ni gloria.
Fue el momento en que el intendente Julio Municoy, ante la necesidad, recurriendo a sus estrechos contactos con empresarios locales, los convocó para formar una empresa que se hiciera cargo del servicio de recolección de residuos. Así nació Servicios Ambientales, de la que con el tiempo fueron tomando distancia sus socios iniciales.
Tras sucesivas crisis, en que peligró la fuente de trabajo de empleados de la firma, ésta mutó en Relisa (Recolección y Limpieza Ambiental S.A), comandada por Guillermo Martínez Fue en 2015, y se garantizó desde sus inicios la continuidad laboral de los operarios.
Desde la época de Alvarez y Patiño hasta ahora siguió latente un conflicto con la familia Esbensen, propietaria del predio donde se viene depositando la basura a cielo abierto.
Todo esto fue detallado por Marcelo Schwarz, presidente del bloque Nueva Necochea, al fundamentar el nuevo convenio con la firma Relisa, finalmente aprobado por mayoría en la sesión de este lunes 26 de diciembre en el Concejo Deliberante.
El edil oficialista reconoció que había una obligación de trasferir ese predio a la Municipalidad de Necochea pero que, por una serie de factores, no se pudo concretar. En el medio hubo denuncias públicas de Carlos Esbensen, pero según Schwarz hubo errores tanto por parte de su familia como de la empresa en ese conflicto “entre particulares”.
Continuando con la prestación del servicio, hubo una serie de incumplimientos de la empresa, que derivaron en denuncias judiciales e intervención del Juzgado en lo Contencioso Administrativo. Al tiempo que la Municipalidad demoraba los pagos mensuales por la prestación.
Hasta que en diciembre de 2017 la administración del intendente Facundo López llegó a un acuerdo con Relisa, estableciendo un plan de pagos.
“La gestión de López adoptó una fuerte decisión de marcarle la cancha a la empresa”, destacó Schwarz durante el debate, señalando que mientras tanto “siempre se cumplió con la prestación del servicio”.
Aquella situación, consignó, derivó en “un final feliz, con un“acuerdo transaccional, como está ocurriendo ahora”.
Pero no hubo felicidad completa: el convenio no se cumplió. La Municipalidad siguió pagando el servicio mensual, pero no las cuotas pendientes acordadas.
“El gobierno de Arturo Rojas decidió buscar una solución al tema de fondo y por eso planteó este nuevo convenio, a través del cual se reconoce una deuda de poco más de 1200 millones de pesos, que con una quita del 20% se reduce a 948 millones, financiada en 36 cuotas, que deberán comenzar a pagarse a partir de enero de 2024”, recalcó Schwarz.
“En 22 años, el único intendente que decidió darle una solución definitiva al tema ha sido Arturo Rojas, ya que este inconveniente trascendió las gestiones de Julio Municoy, los dos períodos de Daniel Molina, las administraciones de Horacio Tellechea y José Luis Vidal, así como la de Facundo López y el actual gobierno”, subrayó el edil oficialista.
Resta ahora que la empresa, una vez firmado el convenio, efectúe la inversión en una planta de separación y clasificación de residuos en el predio asignado (no será el elegido inicialmente, cercano a la ribera del Río Quequén). Que la empresa, a través de otro convenio, le ceda el manejo de esa planta a la asociación Todo para Ellos para que ésta comience su tarea. Y que, una vez que esto suceda, a partir de enero de 2024 el municipio abone la primera de las 36 cuotas previstas.
En el oficialismo se muestran entusiasmados, conscientes de que si bien ésta no es la solución definitiva, constituiría un paso adelante hacia un mejor tratamiento de la basura, consecuente con los nuevos paradigmas relacionados con el cuidado del ambiente.
Según Schwarz, con este convenio, la empresa “va a tener responsabilidades muy gravosas y va a ser sometida a un estricto control, especialmente en cuestiones medio ambientales, que son muy importantes porque tienen que ver con una necesidad muy acuciante que tiene todo el distrito y que la empresa en esta oportunidad la va a tener que cumplir”.
“Este es un proceso integral, en el que tenemos que estar todos involucrados, si bien, por supuesto, el gobierno y la empresa tienen mayor responsabilidad., pero nosotros, los productores individuales de residuos en nuestras casas tenemos que empezar y aprender a hacer un manejo distinto de la basura”, afirmó Ruth Kalle.
“¿Es la solución definitiva? No. Pero es un principio de solución, es un principio en el que todos y a largo tiempo tenemos que estar involucrados. Va a ser por etapas, va a ser un proceso, se va a hacer por barrios y va a atravesar varias administraciones”, concluyó la ex secretaria de Salud y actual edil oficialista.
El nuevo convenio fue convalidado por 17 de los 20 ediles. Más allá de algunas fuertes críticas, fundamentalmente desde la UCR, a la hora de votar sólo se opusieron los dos integrantes de la Agrupación Comunal Transformadora (Juan Pedro Arabarco y Mariela Maceiro) y la radical Felicitas Cabretón (en disidencia con los otros tres miembros de su bloque).
