“En la industria pesquera está todo por recuperar”

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Afirmó Hugo Obregozo, socio gerente del astillero Aloncar

“En la industria pesquera está todo por recuperar”, afirmó Hugo Obregozo, armador y socio gerente del astillero Aloncar, que acaba de botar una nueva embarcación, el “Natanael II”, encargado por un empresario chubutense.

Obregozo, ingeniero naval de 62 años, reconoció que el establecimiento industrial pasa por una buena etapa, habiendo logrado tres botaduras en un año, reafirmando puestos laborales.

No obstante, en una entrevista realizada en los estudios de “Voces de la Ciudad”, aseveró que en Necochea se contó con industria pesquera décadas atrás, pero se perdió.  “Está todo por recuperar. Construir  y reparar barcos es una parte de la cadena de valores de esa industria: podés participar sacando el recurso del mar, procesándolo o armando toda la estructura que requiere ir a un medio que no es el habitual, que es el mar, y Necochea hoy es parte de esa forma, reparando”, expresó.

Lamentó Obregozo que en Necochea no se cuenta con una flota pesquera cautiva, a la cual asistir permanentemente. Quienes encargan la construcción o reparación de buques al asitllero, precisó, son “todos foráneos que vienen de Mar del Plata o la Patagonia. “Eso tenemos que recuperarlo, lo cual demanda un gran esfuerzo” ,acotó..

Consultado acerca de la posibilidad de recuperar ese auge, Obregozo señaló que “el mundo va cambiando y aferrarnos a la historia y querer recuperar lo que tuvimos es complejo… creo que tenemos que recuperarlo pero con el nuevo modelo productivo. El recurso también va cambiando y las leyes de sustentabilidad que regulan la pesca nos hacen cambiar. De hecho siempre digo que las leyes son como una espiral en la que siempre tratás de llegar al centro y el centro no existe. Y siempre vamos mejorando”

El empresario añadió, ante tantos cambios, lo importante “es adaptarse y estar  atentos a las necesidades que tiene el sector pesquero para insertarnos nuevamente”.

“Nosotros -añadió- tenemos que insertarnos con las necesidades que tiene la industria, en este caso había una necesidad de poder contar con un centro de reparaciones y ahí fue donde tuvimos la posibilidad nosotros, vimos que el astillero tiene una posición muy loable, el Puerto también lo tiene y creo que fue un acierto. Y a su vez el hecho de uno poder ser pionero en su tierra”.

EXITOS Y FRACASOS

Sin embargo, reflexionó que en esto hay muchos fracasos y pocos éxitos, señalando que “de las derrotas uno aprende y en los éxitos, lamentablemente, uno se pone más soberbio. El éxito es bueno pero no sé si nos hace tan buenas personas, en cambio creo que los errores y fracasos nos van forjando como seres socialmente comprometidos para contribuir a una sociedad mejor”,

Obregozo cree en los equipos de trabajo. “Para reparar un barco hay distintos actores, desde el ingeniero que proyecta la reparación hasta el soldador, el pintor y el dueño del barco, que es el armador,  que quiere llevarse el barco en el menor tiempo posible y con la mejor reparación lograda. Es un equipo, y entre personal nuestro y contratado que vienen directamente a trabajar en el astillero seremos entre 100 o 120 personas”.

Siguiendo con su relato, el ingeniero Obregozo contó que “tenía la ilusión de desarrollar una industria y la estoy haciendo, hay un montón de gente que me sigue”, aunque reconoció que “el problema más grande que tengo es que genero una esperanza en esa gente que hace un trabajo específico, y hay mucha gente que no es de acá porque no había una mano de obra y la misma es muy específica, entonces si yo llego a fracasar esa gente adónde va. Esa presión se siente, pero a su vez disfruto mucho el trato con la gente, en nuestro predio convivimos mucho”.

Finalmente, concluyó hablando sobre su última obra, el barco pesquero “Natanael II, que fue botado en la sede de Aloncar en Quequén y cuyo armador es el empresario Claudio Manríquez:

“Acabamos de hacer las pruebas de funcionamiento y su dueño estaba muy contento, te da mucha alegría cuando un cliente te dice que anda bien porque muchas veces no salen las cosas como estaban programadas. Siempre digo que en Mar del Plata un astillero puede equivocarse y no pasa nada, en cambio nosotros acá no podemos equivocarnos y más que nada porque somos nuevos, tenemos cuatro años y estamos logrando insertarnos”, culminó Obregozo.

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