En el programa radial Voces de la Ciudad, el padre Fernando Mendoza explicó la etimología de esta fecha tan especial para la religión católica y dejó un mensaje esperanzador para el comienzo de este año nuevo
En el piso de Voces de la Ciudad, el padre Fernando Mendoza explicó que el 8 de diciembre “es el día emblemático de la Virgen, la tradición dice que ese día se arma el arbolito de Navidad, pero previo a esto fue la primera fiesta en la historia de la fe y la devoción de la Iglesia a la Virgen. No es una advocación sino un misterio que toca a la Virgen, esta comprensión que en torno a María había una santidad especial, un privilegio que recibe de Dios, en virtud de haber sido elegida para ser la madre de Jesús”.
Agregando información a esta reflexión, el Cura señaló que “este modo como el ángel Gabriel la saluda, “llena de gracia”. Esta plenitud de gracia es lo que, con el tiempo, fue adquiriendo este nombre de Inmaculada Concepción, es decir que María fue preservada de pecado desde siempre, no conoció nunca la realidad del pecado, porque fue preservada por Dios”.
Haciendo un poco de historia, “litúrgicamente encontramos que desde el siglo VII se celebra la panagia, en griego: la plenitud de gracia”, indicó el religioso, antes de invitar este sábado 11 de diciembre a participar en la Marcha de la Fe, una caminata feligresa que partirá a las 14.30 desde la Capilla Inmaculada Concepción de María, en Avenida 74 y 47, con rumbo hacia Costa Bonita, lugar en el que se celebrará una misa presidida por el Obispo.
Despidiéndose del aire de la FM Vinilo 103.5 MHz, el Padre dejó un mensaje para comenzar el nuevo año con las esperanzas renovadas: “No es solo un cambio de fecha. Evoca que podemos empezar de nuevo y eso también habla de esperanza”.
“El Año Nuevo yo siempre lo comparo cuando uno iba a la escuela y terminaba un cuaderno: empezar uno nuevo era una oportunidad de ser más prolijo, hacer una caligrafía mejor. Era la misma escuela, la misma maestra y yo el mismo, pero empezar un cuaderno nuevo era la posibilidad de empezar de un modo distinto”, y terminó asegurando que “es tiempo también de balances, que hay de haber y qué de debe. Darle gracias a Dios por el haber y los debe traducirlos en propósitos para el 2022”.
