Intentarán identificar embarcación hundida

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La expedición “Eslabón Perdido” asegura que se trata de restos de un submarino alemán. «No hay evidencia», sostienen desde la embajada germana

Una operación marítima consistente en identificar el supuesto submarino hundido en el Mar Argentino, que fuera descubierto por la Agrupación Eslabón Perdido, comenzará a concretarse a partir del próximo 9 de abril.

Lo harán utilizando cámaras subacuáticas, mediante tecnología de ROV (Remotely Operated Vehicle), de acuerdo a la autorización expedida por la Prefectura Naval Argentina para filmar la totalidad del casco de dicha nave.

La misma se encuentra a 28 metros de profundidad y a 4 kilómetros de la costa, cerca de la ciudad de Quequén.

Financiada y promovida por la Fundación Reitich, en conjunto con la Agrupación Eslabón Perdido, los trabajos estarán a cargo de Deepwater”, una empresa nacional especializada, liderada por el ingeniero Carlos Pane.

Los trabajos consistirán en la toma de imágenes mediante el uso de 2 ROV que recorrerán de punta a punta los 80 metros de eslora que tiene el naufragio. Para estas tareas se usarán las embarcaciones Kona (matrícula N° 0316) y Calipso (matrícula N° 03220), ambas con base en el puerto de Quequén.

Las filmaciones serán analizadas por una comisión técnica evaluadora integrada por los ingenieros Hernán Sotero González (Eslabón Perdido), Jorge Pereda (Necochea) y Martín Canevaro (ex presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval).

Precisamente,  el ingeniero naval Canevaro, en conjunto con su par Andrés Cuidet, realizó la primera pericia que dictaminó que el naufragio no se corresponde con el de un barco, verificando además piezas compatibles con las de un sumergible.

La supervisión técnica científica estará a cargo del doctor Fabio Bisciotti, experto de la Liga Naval Italiana, quien confirmó, mediante una segunda pericia, que se trata de un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial, recomendando que se obtuvieran más imágenes para poder identificarlo. Bisciotti también estableció que el casco fue destruido, mediante el uso de explosivos, posiblemente para borrar evidencias de la llegada de dicho U Boot fugitivo a la Argentina.

Por esta razón, como se estaría en presencia de una prueba contundente relacionada a una actividad ilícita, también participa de la expedición, procedente de Chile, el reconocido analista en criminología Gilberto Opazo.

ALEMANIA SE DESENTIENDE

Si bien se cuenta con indicios respecto del origen de la nave, esto es que pertenecía al Tercer Reich, la embajada alemana en Buenos Aires aseguró que no hay evidencias de que así sea.

Al respecto, luego que las pericias citadas fueron analizadas en Alemania, la funcionaria Constanza Corinagrato, responsable de la Sección de Política y Derechos Humanos de la embajada de dicho país, informó oficialmente a Eslabón Perdido:  “Tras varias investigaciones podemos comunicar que de momento no hay indicios de que se trate de un naufragio de un submarino alemán. Por lo tanto, actualmente asumimos que no somos los propietarios de ese naufragio”.

 El año pasado, en declaraciones a la prensa internacional, el doctor Ariel Gelblung, dDirector del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, exhortó a las anteriores autoridades nacionales argentinas a colaborar con la investigación.

En ese sentido, señaló que «en situaciones en las que el gobierno permanece en silencio sobre un tema específico, como el reciente descubrimiento de lo que podría ser un submarino de la Segunda Guerra Mundial, es fundamental que el gobierno responda a cualquier inquietud planteada, independientemente de las limitaciones históricas, políticas o financieras. No hacerlo sólo alimenta la especulación y la sospecha”.

ACUERDO

La expedición se realiza a partir de un acuerdo alcanzado entre la Agrupación Eslabón Perdido y la Fundación Reitich, entidad entre cuyos objetivos se encuentra el de develar la actividad nazi durante y después de la guerra.

“Estoy muy entusiasmado de poder ayudar a conocer la verdad apoyando la Expedición Eslabón Perdido”, expresó en ese sentido su fundador Philippe Reitich Barón.

 En 2022, cuando se realizó la denuncia del inédito hallazgo, el naufragio fue incorporado a las cartas náuticas por el Servicio de Hidrografía Naval argentino bajo la denominación de “casco a pique”, pero sin identificar el nombre del navío.

El proyecto de investigación Eslabón Perdido -nombre que alude a un submarino fantasma cuyo viaje a la Argentina no fue registrado oficialmente- fue declarado de Interés Público por los concejos deliberantes de Lobería (Ordenanza N° 2495-2021) y de Necochea (Decreto Municipal N° 470/21), municipios bonaerenses ubicados en proximidades de la zona marítima donde se encuentra el casco hundido.

Actualmente, con demoras burocráticas, se tramita ante el Senado de la Nación un proyecto para que la investigación sea declarada de interés nacional.  

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