El reconocido médico y ex concejal falleció el último sábado
Por JORGE GOMEZ (colaboración)
El último sábado 2 de marzo falleció en Necochea el doctor Enrique Elizalde (“Cacho)”, a los 93 años de edad.
Tras solicitarle al doctor Gastón Fernández Palma -amigo y allegado a Elizalde-, recién este martes 5 logré de su parte contar con una foto en la que se lo observa al «gran Cacho» disfrutando de alguna de las tantas charlas que mantenía con todo aquel que se acercara a departir sobre la vida, sobre la economía, sobre la política, sobre el presente y mucho sobre el futuro.
El doctor Elizalde fue y es parte de una familia con mucho sentido de pertenencia y afecto de Necochea. Decenas de anécdotas y de apuntes sostienen esta reflexión.
Además de su labor profesional como médico, ampliamente reconocida por sus pacientes, tuvo un paso como concejal titular en el período legislativo necochense 2003-2007 -representante de la corriente política conocida como Recrear-, ámbito donde pudimos tomar nota de su permanente interés por la situación de la hacienda pública municipal, entre otros temas de por entonces.
Un entendido en el contenido de los presupuestos comunales, de las rendiciones de cuentas y de las ordenanzas fiscal e impositiva que lo tuvo como partícipe y estudioso en cuanta deliberación se abrió al respecto, tópico que siguió bien de cerca por muchos años más, ya alejado del Concejo Deliberante.
Previo y posterior a este paso por la actividad pública democrática, se cuenta su rol de observador minucioso de los números públicos de la Argentina, y siempre recordó, al detalle, su presencia y concurrencia, a principios de la década del ’60 del siglo pasado, en los Estados Unidos, en la Fundación Ford, a poco de recibirse de médico.
Con esta foto que se publica por aquí en este casi fin de verano de 2024 y con este sencillo puñado de palabras, intento recordarlo con respeto y admiración por la cualidad de persona que fue en vida, no sin antes renovar mi pésame y condolencias a familiares y amigos, quienes por estas horas aún hablan y lo harán de aquí en más de cada una de sus virtudes, al igual que de la herencia en centenares de ejemplos que el doctor Elizalde dejó entre quienes tuvimos el gusto y la dicha de conocerlo.
