No cesan los robos en vehículos estacionados

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En un sector del centro de Necochea. No se halló aún la notebook sustraída a un martillero

Mientras se investiga, sin resultados hasta el momento, el robo del que resultó damnificado el martillero Sebastián Sarasibar el viernes 12 de este mes, continúan produciéndose ilícitos similares, siempre en un mismo sector de la ciudad de Necohea: violentando cerraduras o inhibiendo las alarmas de vehículos estacionados, los ladrones logran llevarse elementos del interior de los rodados.

En el caso de Sarasíbar, le sustrajeron una notebook marca Hawlet Parckard de color plateado del habitáculo de su vehículo Toyota Corolla de color gris, que se hallaba estacionado en la calle 65 en su intersección con la Avenida 58, frente a una agencia de seguros, de una vereda, y del Centro Vasco, de la otra.

También, del baúl del vehículo, le robaron la rueda de auxilio.

El último viernes 19, una semana después del robo cometido a Sarasíbar, resultó damnificada una docente, que dejó estacionado su automóvil en ese mismo sector. En este caso, le sustrajeron la rueda de auxilio, a pesar de la presencia de personas dedicadas a cuidar vehículos (vulgarmente llamados “trapitos”).

En otras dos ocasiones anteriores, un periodista local también resultó damnificado, habiendo dejado estacionado su automóvil en ese sector, una vez en la calle 65 y la restante en la Avenida 58. En ambos casos le inhibieron la alarma y el sistema de cierre descentralizado, sustrayéndole la rueda de auxilio en las dos oportunidades, además de un crique, elementos de playa, zapatillas y vestimenta que se hallaban en el interior del baúl del vehículo.

Al hacer la correspondiente denuncia, el profesional constató, por testimonio de la propia policía, que en la misma jornada otros propietarios de vehículos que habían sido estacionados en cercanías de dos salones de fiestas existentes en ese sector también habían resultado damnificados, mediante el mismo “modus operandi”.

En algunos de estos casos, los   investigadores no pasan por alto las redes sociales, en las cuales suelen ofrecerse elementos electrónicos a precios sugestivamente muy bajos, que no tienen relación con el valor real de los mismos.

Del constante robo de ruedas de auxilio, por otra parte, pueden dar cuenta las casas de venta de neumáticos, a las que con frecuencia acuden damnificados para su reposición.  No obstante, las aseguradoras han puesto un límite del número de ruedas de cuyo costo se hacen cargo por año

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