Periodismo, datos y opiniones

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Por HUGO MÖLLER (Director de El Ciudadano Necochea)

Un periodista, Horacio Castelli, grabó un video a través del cual, aportando cifras, califica a Martín Migueles como mal administrador, haciendo una consideración acerca de lo que fue su gestión como presidente del consejo de administración de la Usina Popular Cooperativa “Sebastián de María” durante casi ocho años

El video grabado por Castelli se viralizó a través de las redes sociales, más allá que el periodista difundió la investigación también a través de los medios de prensa en los que desarrolla su labor profesional. Siempre brindando datos y, luego, expresando su visión crítica respecto de lo que fue aquella administración.

Obviamente, el momento en que esto se publica tiene una connotación política: la rápida lectura que se hace es que si Migueles fue mal administrador, posiblemente también lo sería si estuviera a cargo del municipio. Se trata del  candidato a intendente por Juntos por el Cambio.

Como respuesta a la difusión de estos datos y a la opinión vertida por Castelli, Migueles grabó también un video, a través del cual señala que el intendente Arturo Rojas lo ataca “ensuciándolo”  a través de “sus empleados, pseudoperiodistas y sicarios”, tras lo cual hace cuestionamientos a la administración municipal, poniendo en duda la cristalinidad de la misma.

Más allá de estas últimas consideraciones, que seguramente pueden ser rebatidas por funcionarios o el propio jefe comunal en cuanto a la forma en que se administra hoy la Municipalidad de Necochea, Migueles ha cometido, en principio, un error al sentirse atacado.

En vez de responder con cifras, datos y un pormenorizado análisis de su paso por la administración de la Usina Popular Cooperativa, rebatiendo lo señalado por un periodista (Castelli, en este caso), respondió atacando al intendente, adjudicándole la responsabilidad de lo que se dio a conocer.

El segundo error es el de englobar a todo el periodismo lugareño, señalando la existencia de “pseudoperiodistas” y hasta de “sicarios”, seguramente queriendo haber dicho “mercenarios”.

Posiblemente el carácter impulsivo de Migueles lo haya llevado a expresarse de ese modo, porque hace décadas que está vinculado con la actividad política y conoce muy bien quién es quién en el periodismo necochense.  
No se trata de hacer una defensa corporativa del periodismo, porque como en tantas profesiones hay quienes lo desarrollan con profesionalismo, honestidad intelectual, buscando conocer y difundir hechos verdaderos, chequeando la información antes de darla a conocer. Y hay, también, algunos que no lo hacen de esa manera.  Y que más de una vez se han prestado a operaciones de prensa.

El periodista tiene la obligación de brindar información real, basándose en datos concretos y cifras verdaderas. Y tiene derecho a opinar sobre ello, sin injuriar ni calumniar.

En este caso de la administración de la UPC de hace más de diez años, si esos datos no fueran correctos, en vez de sugerir que forman parte de un supuesto hostigamiento, habría sido más contundente contrastarlos con los reales. Y si, efectivamente las cifras que se dieron a conocer son las verdaderas, explicar las razones por las cuales esos fueron los números de la cooperativa durante ese proceso en que, entre otras cosas, no se otorgaban aumentos de tarifas, por lo cual se hicieron varios intentos por desarrollar otras actividades que produjeran ingresos, la mayoría de los cuales no tuvo éxito.

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