Pretenden que Alfonsín se derechice

Facebook
Twitter
LinkedIn
Telegram
WhatsApp

Por ANTONIO CORONA (dirigente radical)

Algunos trasnochados radicales que decidieron transformarse en bufones del neoconservadurismo argentino, seguramente para no sentir culpa, le exigen a Ricardo Alfonsín que se meta las banderas de Raúl en el bolsillo y consienta, cual prostituta, los lineamientos que bajan Macri, Bullrich y Pichetto.

Ricardo Alfonsín es uno de los hombres que más respetuoso ha sido de la condición de radical en esta coyuntura. Ha sido orgánico sin ser complaciente. Y estuvo todo el tiempo haciendo hincapié en los errores del gobierno del PRO para evitar que pasara lo que finalmente pasó.

También reclamó a la conducción un comportamiento acorde a su ideología, lo que no sólo hubiera preservado la identidad partidaria, sino que también hubiera evitado compartir responsabilidades en acciones de gobierno sobre la que no solamente no se nos consultaba, sino que eran contrarias a las que hubiera implementado el radicalismo.

A la luz de los acontecimientos está claro que Alfonsín hijo tuvo un rol acorde a lo que es de esperarse de un radical cabal y que muchos correligionarios que lo difamaron deberán revisar si su propia conducta se corresponde con la que es propia del ser radical.

Porque si bien respetamos el criterio de acción y pensamiento de todos, debemos dejar bien sentado que no hay dos radicalismos y que quien defendió con todo derecho la conducta de algunos radicales en el gobierno de Macri, debe hacerlo desde la vereda de enfrente.

Los impacientes que cuestionan la incapacidad del radicalismo para generar nuevos liderazgos o la falta de perspectivas presidenciables, deben hacerse cargo que eso debe resolverse primero dentro del radicalismo y no aferrarse a cualquier posibilidad de protagonismo, donde el precio a pagar sean la identidad partidaria y nuestra solidez institucional.

Ser gobierno aún a costa de militar contra los principios partidarios y proclamar que por fin el partido radical recobró protagonismo, es a todas luces estúpido.. Creer con todo derecho, que hay otra manera de hacer política y que esa manera es la que proveerá mejor futuro a la Argentina, implica también irse del radicalismo a ese supuesto nuevo horizonte.

No hay dos radicalismos Hay uno solo, con matices que no dejan lugar a dudas de su identidad y no deben preocuparse los que no dejaron de ser radicales, por las dificultades que implican afrontarlos. Los ricardistas no estamos en liquidación y sabremos salir adelante.

Mas Noticias