Proyecto para expropiar la planta de la ex Engraulis

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La iniciativa de Natalia Sänchez Jauregui prevé que pase a ser propiedad de Engraucoop

Natalia Sánchez Jauregui presentó ante la Legislatura bonaerense de ley promoviendo la expropiación de las instalaciones que pertenecieran a la empresa Engraulis, en la que desde 2011 viene funcionando Engraucoop, una cooperativa conformada por trabajadores, siendo la mayoría mujeres.

La iniciativa ya tiene estado parlamentario (Expediente 2795/23-24) y una copia de la misma le fue entregada este miércoles a los integrantes de Engraucoop.  De manos de la legisladora, fue recibida por Analía Morino, luego de un abrazo simbólico realizado por las trabajadoras, expresando a través de pancartas el deseo de continuidad del funcionamiento de la planta procesadora de pescado.

Además del actual presidente de Engraucoop, Gonzalo Palmieri, estuvo el representante legal de los trabajadores, el abogado local Huberto Santillán García, a cargo de las gestiones a través de las cuales se logró frenar la subasta judicial del inmueble, dispuesta para obtener fondos destinados a afrontar deudas de Engraulis al producirse su quiebra.

Se hizo presente también la delegada local del Ministerio de Trabajo bonaerense Natalia Steffen.
También estuvo el precandidato a intendente por la Lista 2 de Unión por la Patria, Marcelo Rivero, como así también otros integrantes de la misma y dirigentes políticos y gremiales afines, Entre ellos, Alberto Oscar Peralta, secretario general de la CGT Necochea.

QUE DICE EL PROYECTO

El proyecto de ley presentado por Sánchez Jauregui plantea, en su artículo 1° que sea declarado de utilidad pública y sujeto a expropiación el inmueble ubicado en la calle 517 entre 542 y 544 de Quequén, como así también todas sus maquinarias e instalaciones que se encuentren dentro del edificio, cuya superficie cubierta supera los 6500 metros cuadrados.

En el artículo 2° se señala que tanto el inmueble como las instalaciones y maquinarias expropiadas “serán adjudicadas en propiedad y a título oneroso” a la cooperativa de trabajo Engraucoop.

En otro de los artículos se prevé que el gasto que demande el cumplimiento de la ley “será atendido con el Fondo de Recuperación de Fábricas de la Provincia de Buenos Aires”.

También se contempla que se autorice al Poder Ejecutivo a “proceder a la compensación de créditos fiscales que la Provincia de Buenos Aires posea contra los titulares de dominio en concepto de impuestos, sellados, tasas, multas, gravámenes y demás tributos provinciales”.

FUNDAMENTOS
Al fundamentar la iniciativa, se recuerda queEngraucoop está integrada por un grupo de mujeres ex trabajadoras despedidas por la firma Engraulis S.A en el año 2011, añadiéndose que dado el concurso preventivo de la misma y ante la inactividad de su producción, conformaron una cooperativa de trabajo.
Para ello, se apunta, contaron con la colaboración del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social.) y Fecootra (Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina).
Se recuerda, también, que para subsistir durante el período de armado de la cooperativa se dedicaron a producir  empanadas y sorrentinos, hasta que volvieron a lo suyo, reanudando la producción de filetes de anchoas para comerciantes del mercado interno.

Se recalca, además, que este grupo de trabajadoras estables de la cooperativa, más algunos hombres, decidieron evitar el desmantelamiento de a empresa, custodiando sus instalaciones. Y se propusieron seguir prestando el servicio del procesamiento de anchoa. Lo lograron, habiendo confiado en ellas varias empresas nacionales, que comenzaron a proverse de su producción.

Esto tuvo continuidad en el tiempo, recalcándose que “están en la actualidad en condiciones de realizarlo porque poseen el expertis (la pericia) y el conocimiento técnico, así como la capacidad para elaborarlo, especializándose en el procesamiento de la anchoa.

Hoy son unas 200 mujeres dedicadas a la elaboración de filetes de anchoa en aceite en todos sus gramajes.

HISTORIA

Respecto de la empresa originaria, Engraulis, se recuerda que fue fundada en 1974, funcionando en la planta de Quequén hasta el 15 de agosto de 2011. Trabajó en forma ininterrumpida en la industrialización de la anchoíta.

“Fue una empresa que se mantuvo a lo largo del tiempo por el capital humano y de esfuerzo de sus trabajadoras, los socios que tenían el capital mayoritario y control de la firma. Siempre residieron en el extranjero (Italia y España), utilizaban la materia prima y la producción para transferir las ganancias y utilidades para las empresas residentes en España (Conservas Fredo S.A). Cuando las relaciones de intercambio fueron desfavorables por el valor cambiario decidieron ir vaciando la empresa de mercadería y presentarla en concurso, despidiendo a la totalidad del personal sin siquiera abonársele las indemnizaciones, ni los salarios adeudados”, se indica en los fundamentos del proyecto de ley.

Cuando los empresarios decidieron cerrar la planta y se fueron del país, de las más de 100 trabajadoras, 20 de ellas decidieron resistir. Evitaron que se retiraran elementos del inmueble y decidieron formar una cooperativa.  Se asesoraron, se capacitaron, se esforzaron, superaron divisiones y no sólo le dieron continuidad a la planta procesadora de anchoíta, sino que superaron su producción. Y desde 2011 hasta ahora Engraucoop sigue funcionando, siendo prácticamente el único establecimiento  de los tantos que llegó  a haber en Quequén y Necochea que ha perdurado en el tiempo.

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