A 40 años del fin de la última dictadura. Alusiones al actual momento
Un conjunto de organizaciones, incluyendo la Comisión por la Memoria Militante, este domingo, conmemoró tanto el Día Internacional de los Derechos Humanos, como los 40 años de democracia ininterrumpida, tras la asunción de Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983.
Lo hicieron con una serie de espectáculos ofrecidos en el Paseo de la Memoria, instalado en un sector de la Plaza Dardo Rocha, del que se recordó también su surgimiento en 1987 como punto de encuentro.
Se redactaron, además, dos documentos. Uno, elaborado por el colectivo de organizaciones, señalando que “a 40 años del fin de una dictadura sangrienta, que obedecía a un plan sistemático de saqueo económico y autora de desapariciones, asesinatos, violaciones, torturas, robo y apropiación de bebés, nos juntamos una vez más, con la consigna de Memoria, Verdad y Justicia”.
Subrayan que lo hacen “con alegría por los derechos conquistados en estos 40 años, pero con la clara conciencia de que todavía falta mucho. También lo hacemos sabiendo que sectores de ideologías pro- genocidas, estarán hoy asumiendo los más altos cargos del Estado”.
“Esto -recalcan- no nos impide festejar el vivir en democracia. Pero sabiendo muy bien que un Estado sin derechos humanos, no es un Estado democrático.
Nos ponen en alerta los discursos negacionistas que ponen en riesgo los consensos establecidos democráticamente. Como también los recortes de derechos conquistados y de políticas públicas que permiten garantizar los derechos más esenciales de los sectores históricamente oprimidos”.
Manifiestan, luego, que creen “en un Estado con justicia social e igualdad de oportunidades. Con plena soberanía territorial y de nuestros recursos naturales.
Sin persecuciones ni presos políticos. Y la democratización del Poder Judicial”.
Insisten en bregar por un “Estado que garantice salud, educación, vivienda y trabajo”, como así también “la protección del medio ambiente”.
Asimismo, requieren que el Estado “respete los derechos ancestrales de los pueblos originarios”.
Finalmente, subrayan: “Las calles son y serán nuestras, trabajaremos de forma conjunta y organizada en defensa de nuestras convicciones y conquistas”. Y se pronuncian por la memoria de los desaparecidos durante la última dictadura.
