Se ahogó un hombre en aguas de Claromecó

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Se hallaba en su lancha, junto a su familia, a 900 metros de la costa

Martín Abelleira, un comerciante tresarroyense de 42 años, murió ahogado este domingo por la tarde en el mar,  a unos 900 metros de la costa de Claromecó.  Disfrutaba de una jornada de sol junto a su familia, a bordo de una lancha de su propiedad.

En un primer momento se informó que Abelleria se había arrojado al agua desde su lancha para rescatar a su hijo, que flotaba cerca de la embarcación con chaleco salvavidas colocado, pensando que corría peligro.  Y que se habría descompensado, tragando mucha agua. Pero luego surgieron otras versiones contradictorias.
Lo cierto es que tanto el hombre como su hijo fueron rescatados por un vecino a borde de una moto náutica, siendo transportados hacia la costa. Desde allí el comerciante fue trasladado en ambulancia hasta el hospital. Pero no pudieron salvarle la vida.

El hecho trágico ocurrió a la altura de la bajada del Club Náutico de Claromecó

Gonzalo Barrios, uno de los dos guardavidas que asistieron al comerciante una vez que fuera trasladado hasta la costa en la moto de agua, reveló al diario “La Voz del Pueblo” detalles de lo ocurrido.

Expresó que en ningún momento advirtieron que tuviera signos vitales. “Las  maniobras que le hicimos generan que las cavidades expulsen el agua que había ingresado, por el efecto de la compresión. Pero le hicimos estímulos periféricos centrales, apretando en diversos puntos, pero él no tuvo reacción en ningún momento, no denotó signos de vida”, aclaró.

Luego acotó que “el pulso carotideo no se lo tomamos porque con el movimiento del RCP es imposible, te confunde. Y el pulso radial yo no lo sentí. Hubo una enfermera a la que no le pude prestar demasiada atención por la dinámica del momento y dijo que se lo sintió levemente, pero yo no se lo sentí”. 

Procurando hallar las causas que pudieron motivar el trágico desenlace, el guardavidas analizó que “el agua estaba helada. Quizás el hombre se acalambró y tragó agua. Era un horario cerca del almuerzo y si había comido esas condiciones son un caldo de cultivo. El sol estaba fuertísimo, y esos cambios termodiferenciales impactan de forma automática sobre el cuerpo, pueden ser muy peligrosos”.

Los restos de Abelleria, que era propietario de una ferretería, fueron sepultados este lunes por la tarde en el cementerio parque “El Sosiego” de Tres Arroyos.

Por tratarse de una muerte por accidente tomó intervención la Justicia, iniciándose una causa por  “insuficiencia cardíaca aguda por sumersión”.

El comerciante era un apasionado de la pesca y la náutica.

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