Un hito de la TV de los años 90

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A 30 años del último capítulo de “La banda del Golden Rocket”

A treinta años del capítulo final de «La banda del Golden Rocket», el 7 de enero de 1993, la tira juvenil de Canal 13 protagonizada por Diego Torres, Fabián Vena y Adrián Suar que marcó un hito en la televisión de principios de los ´90, Sergio Vainman -creador de la tira junto a Jorge Maestro- aseguró que «frente al mercantilismo de la etapa menemista, la serie se atrevía a plantear que la mejor salida para los jóvenes era la solidaridad».
«Los valores que estaban en juego en `La Banda´ eran los que se estaban perdiendo en la sociedad», amplió Vainman a Télam. Para él el programa echaba por tierra la premisa de que «la televisión es el espejo de la sociedad» sino que más bien es un reflejo «de sus sueños y deseos».
Corría septiembre de 1991 y mientras en el Congreso Nacional se discutían leyes de ajuste y flexibilización laboral, Canal 13 estrenaba una serie juvenil sobre tres primos que tras pasar los veranos de su infancia en la casa de sus abuelos en Villa Gesell se habían distanciado por peleas entre sus padres.
El puntapié que daba lugar a la historia era la muerte de su abuelo, quien había decidido dejarle a sus tres nietos una particular herencia que los obligaría a reencontrarse: el viejo Oldsmobile Golden Rocket amarillo con el que los llevaba a pasear por la ciudad balnearia.
Cuando Diego Torres no había grabado ninguno de sus once discos, Fabián Vena apenas había protagonizado «Socorro quinto año» y Adrián Suar, que había trabajado en «Pelito», ni soñaba con dirigir una productora ni convertirse en gerente de programación de Canal 13, interpretaron a los tres primos de apellido «Conejo» que volvían a vincularse con desconfianza después de mucho tiempo.

DESAFIO TECNICO Y DE GUION
Para Maestro y Vainman, que venían de éxitos como «Clave de Sol», «Nosotros y los miedos» o «Estado Civil», esta serie significaba un desafío a nivel técnico y de guion en una televisión y una sociedad que estaban en pleno proceso de transformación.
«Teníamos claro que había una ruptura generacional entre padres e hijos en ese momento, porque los padres que habían atravesado la década del ´70 eran muy particulares, entonces le hablábamos a una generación que estaba buscando su propio camino», señaló Maestro.
Pero no dejaba de ser una apuesta arriesgada: «La banda del Golden Rocket» tendría que competir con «Amigos son los amigos», la comedia de Telefe sobre la amistad entre un treintañero mujeriego y un chico de 18 años protagonizada por Pablo Rago y «Carlín» Calvo que arrasaba con el rating los martes a las 21. Pero salió bien: el primer capítulo, de doble duración, compitió de igual a igual la primera hora y la segunda llegó a picos de 35 puntos.
Noventa y cinco episodios después, y dos temporadas de teatro en Buenos Aires y Mar del Plata, la tira que reunió a figuras que recién comenzaban como Araceli González, Gloria Carrá, Marisa Mondino, Carolina Fal, Germán Palacios y Fernán Mirás con nombres reconocidos como Hugo Arana, Nelly Beltrán y Jorge Sassi, emitió su capítulo final el 7 de enero de 1993.
Y aunque treinta años más tarde solo pueden verse algunos episodios subidos por usuarios anónimos a YouTube, «La banda del Golden Rocket» marcó a una generación de televidentes, eyectó la carrera de numerosos artistas y dejó una canción interpretada por Alejandro Lerner y Carlos Mellino («Juntos para siempre») que se convirtió en la banda sonora obligada de videos de egresados y fiestas de quince.

HABLAN LOS AUTORES
Télam: ¿En qué contexto de la televisión argentina aparece «La banda»?
Sergio Vainman: A comienzos de los 90 se equipara la situación en la televisión abierta; porque desde 1984 el único canal privado era el 9, de Alejandro Romay, y los otros estaban administrados por el Estado. Con el menemismo vuelven a manos privadas y comenzó una competencia mucho más abierta y reñida que mejoró los estándares de producción. Y, para «La Banda», Canal 13 duplicó las jornadas fuera del estudio, lo que cambió sustancialmente la manera de contar.
T: ¿Cómo fue la elección del elenco?
Jorge Maestro: Nuestros tres protagonistas eran Vena, que venía de protagonizar «Socorro quinto año» en Canal 9; Torres, que había trabajado en «Nosotros y los otros», una comedia familiar en Canal 13 y queríamos a Leo Sbaraglia, que venía de «Clave de Sol» pero ya tenía otros proyectos y ante la emergencia elegimos a Adrián Suar, que era uno de los tantos actores jóvenes que venían a pedir laburo al canal.
T: ¿Cuál era el desafío de hablarle al público joven a principios de los ´90?
JM: No es que uno se proponía «vamos a hablar de esto». Lo que sí teníamos en claro es que había una ruptura generacional entre padres e hijos en ese momento, y un poco hablábamos de la independencia de estos jóvenes, que ya eran más grandes que los de «Clave de Sol», estaban entrando en su segunda década de vida, y estaban buscando su camino. Fabián (Vena) estaba buscando la manera de sobrevivir; Diego (Torres) intentando dedicarse a su vocación que era la música y Adrián (Suar), siguiendo el programa familiar de tener un título universitario.
SV: Una cosa bien marcada que tenía el programa era su necesidad de encontrar un camino propio, alejado de lo que marcaba el mandato familiar y la historia grabada en piedra por los padres. Era la pelea por la independencia pero con la ayuda de los pares y no de sus padres.
T: ¿De qué manera dialogaba esa ficción que realzaba la solidaridad entre pares en un contexto como el de los `90?
JM: Hay una cosa que tiene que ver con nuestra escritura: siempre quisimos mostrar lo contrario de lo que reinaba. Nunca tomamos al público como clientes a pesar de que queríamos tener mucho rating.
SV: En ese sentido sí estuvo pensado; nosotros planteamos que la mejor salida para los jóvenes era la solidaridad entre pares, tirar entre todos y ayudarse a levantar al que se caía, acompañar al que venía atrás y no tener esa actitud individualista. Al principio los primos arrancan cada uno por su lado y se dan cuenta de que la convivencia forzada se transforma en necesaria y termina siendo virtuosa. También, en respuesta a toda esa etapa menemista, «La Banda» estaba basada fundamentalmente en sentimientos. A veces buenos, a veces malos, pero era un programa gobernado por los sentimientos más que por la especulación.

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