Cuestiona las formas con las que pretende gobernar Javier Milei
Damián Unibaso reconoce que en la Argentina “la sociedad estaba pidiendo a gritos un cambio”, por lo cual terminó ganando las últimas elecciones presidenciales un novel partido político con un candidato disruptivo como Javier Milei. Pero advierte que ese cambio no debe producirse de la manera en que pretende hacerlo el gobierno, mediante la imposición de sus iniciativas, sino “a través del diálogo, intentando superar la grieta y respetando el estado de Derecho”.
Bajo el título “El valor de ser alternativa”, el joven dirigente político, que fuera precandidato a intendente por la Unión Cívica Radical en las últimas elecciones primarias, publicó un artículo en el que manifiesta su disgusto por el hecho de que los argentinos, en general, hayan culminado un proceso electoral votando en contra de una fuerza política y no a favor de las propuestas con las que se sienten más identificados.
De hecho, esto último pudieron hacerlo en las PASO. Pero no todos en el ballotage, que obliga a optar por una de las dos fuerzas más votadas. A no ser que se decida votar en blanco.
Unibaso cuestiona tanto la decisión de Milei de proponer medidas a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), como cambios estructurales mediante la “Ley Omnibus”, como denominan al proyecto de ley titulado formalmente “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”. Fundamentalmente, por las formas en que se pretende su aprobación.
MODIFICACIONES NECESARIAS
“Sí reconocemos que nos encontramos en una crisis económica y que la Argentina requiere de modificaciones profundas. Pero entendemos que esto debe hacerse a través del diálogo, intentado superar la grieta, respetando el estado de Derecho y, básicamente, estas medidas no lo hacen”, expresó.
Con relación a la Ley Omnibus, indicó que se incluyen demasiados temas, proponiendo medidas contrarias a las prometidas en campaña. E insistió en la actitud imperativa para impulsarlas. “Entendemos que si bien la Argentina requiere de grandes reformas, el camino para hacerlas no es el de la imposición. El camino no es el de la falta de diálogo o el de denostar al adversario político, que no es otra cosa que una representación de otra porción de la sociedad”, subrayó Unibaso.
Consciente de que las antinomias y el ballotage llevan a muchos ciudadanos a votar en contra de una fuerza y no a favor de una propuesta, el dirigente radical brega por la superación de la grieta entre los argentinos.
Está convencido de que desde la militancia política, en su caso a través del radicalismo, debe generarse una alternativa de cambio. “Una alternativa -precisa- que nos dé un Estado, no que corra al Estado de la escena política. Un Estado como nuestros liberales de antaño quisieron. No nos olvidemos que aquellas bases y puntos de partida de Alberdi hablan de un Estado republicano, de un Estado lleno de civismo. Tenemos que lograr un Estado que sea eficiente y eficaz. No un Estado como al que nos acostumbró el kirchnerismo, que sirve para beneficiar a algunos amigos o para que sea cueva de algunas facciones políticas”.
SOLO UNA GESTA
Unibaso evaluó que desde 1983 “la única gesta ha sido el retorno de la democracia”, incluyendo la forma de gobierno, pero no se ha logrado, como pretendía Raúl Alfonsín, que la democracia se coma, se cure y se eduque.
“Eso es un fracaso de la sociedad toda, siendo mayor la responsabilidad de la dirigencia política”, consideró. Pero evaluó que “el fracaso de los partidos no es sólo de los políticos, sino que es de todos”.
“El gran desafío que debe interpelar nuestra militancia, es avanzar en un proyecto alternativo, que sea faro de civismo, que invite a enrolarnos en un proceso virtuoso que evite las grietas y las supere, que respete nuestra República, nuestro federalismo, nuestro estado de Derecho”, recalcó Unibaso.
Tiene conciencia de que “el proceso será largo, difícil, sinuoso muchas veces con trampas internas y externas, pero la coherencia llevará a la contundencia de quienes abracemos ese valor del que hablé anteriormente, dejar de ser “anti”, para ofrecer a nuestra ciudadanía una senda de progreso y desarrollo alternativo”.
Finalmente, expresó: “Debemos hacer el esfuerzo de reunirnos quienes creamos en la construcción transversal y superadora de las estériles grietas, con vocación de servicio, posponiendo cualquier proyecto personal en pos del colectivo que genere diálogo sincero y constructivo, ese que requiere la sociedad”.
