Violencia económica: causas y consecuencias

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Más del 64% de las mujeres encuestadas manifestaron que sus ex parejas no cumplen con la responsabilidad del pago de la cuota alimentaria

La Encuesta Regional de Opinión Pública sobre Violencia de Género analiza qué pasos atraviesan y qué obstáculos enfrentan las mujeres que buscan salir de una situación de violencia. La encuesta fue realizada en Argentina, Colombia, Ecuador y México, por Avon y Fundación Avon, de la mano de Quiddity, y organizaciones del tercer sector en cada país. En nuestro país, el proyecto contó con el apoyo y participación de La Casa del Encuentro y ONU Mujeres.

La encuesta se hizo a más de 2.000 mujeres de forma cuantitativa, profundizando en 24 entrevistas de índole cualitativas, para poder ahondar en las complejidades, percepciones y sensaciones detrás de las respuestas.

QUÉ ES LA RUTA CRÍTICA: DECISIONES Y OBSTÁCULOS

La ruta crítica son todas aquellos pasos, acciones que recorre una mujer que está atravesando una situación de violencia de género para salir de la misma. El informe reveló que entre los principales factores inhibidores para hablar y/o pedir ayuda el principal factor es el miedo. Un 40% de las encuestadas dijeron tener miedo a las consecuencias, y un 25% indicó tener temor directo a recibir amenazas. En segundo lugar, el factor inhibidor más importante es tener hijos/as o personas a cargo.

LA DEPENDENCIA ECONÓMICA COMO FACTOR DEL SILENCIO

El rol de cuidadoras socialmente asignado a las mujeres, suele actuar como intensificador y diversificador de la violencia de género. Para muchas de ellas, la dependencia económica y el cuidado y protección de otras personas, las coloca en una situación de extrema vulnerabilidad ante la violencia de género.

3 de cada 10 mujeres declararon no poder tomar decisiones respecto del manejo del dinero, o hacer uso de él libremente. Esto se dio con mayor frecuencia entre aquellas que trabajan de manera informal (39%).

A la hora de pedir ayuda, el 26% de las mujeres sintieron que no iban a poder subsistir económicamente.

El informe destaca que muchas veces esta situación es propiciada por el mismo agresor, quien rechaza que la mujer trabaje por fuera del ámbito doméstico contribuyendo a la dinámica de aislamiento, y, al mismo tiempo, le restringe el acceso al dinero que solo él produce.

“Es importante entender que esa violencia económica atenta contra la autonomía económica de esa mujer y de la familia o las personas que tenga bajo su cuidado. Atenta contra la posibilidad de pensar autónomamente un proyecto de vida libre de violencias, de pensarse alejadas de esa persona” – explica Ana Inés Alvarez, directora ejecutiva de Fundación Avon.

LA CUOTA ALIMENTARIA COMO AMENAZA

En este sentido, el informe destaca que el 64% de las mujeres que se divorciaron manifestaron que sus ex parejas no cumplen con la responsabilidad del pago de la cuota alimentaria, afectando directamente el derecho de sus hijos/as.

Ya sea que esté económicamente activa o en directa dependencia económica, sienten temor a que la pareja o ex pareja tome represalias en el ámbito económico al denunciarlo o pedir ayuda, lo cual genera mayor incertidumbre entre aquellas que son madres ya que la negación de la cuota alimentaria suele presentarse a quienes son madres como una estrategia de manipulación utilizada para dar continuidad a la violencia. De éste modo, los hijos/as pueden pasar a ser un vehículo de la reproducción de la violencia de género luego del pedido de ayuda.

“La cuota alimentaria muchas veces se vuelve una forma de continuar ejerciendo sobre ella esa violencia que probablemente sucedía en el contexto de la pareja y que alguna manera busca dar un mensaje: de quién manda, de quién controla, de quién decide que se hace y que no se hace y no solo de ella sino también de las personas que que tiene a cargo” , cierra Ana Inés.

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA ECONÓMICA EN TU SALUD EMOCIONAL

A pesar de que, a diferencia de otros tipos de abuso y violencia, en el caso de la violencia económica no se dejan huellas físicas, sí que puede ser la causa de graves problemas emocionales, los cuales pueden afectar el autoestima de la víctima, a un punto que la puede llevar a tomar decisiones fatales.

En este sentido, una persona víctima de violencia económica puede desarrollar fuertes cuadros de depresión, debido al constante estrés de tener que depender económicamente de una persona, o que incluso sus propias finanzas estén siendo manejadas por alguien más.

Además, el sentimiento de frustración al no poder escapar de la situación de violencia, por el miedo de no contar con los fondos suficientes para independizarse, lo que también puede afectar gravemente la salud mental de la víctima.

Sin mencionar que la violencia económica, sobre todo cuando se da en un contexto conyugal, suele dar paso a otros tipos de abuso como el físico y verbal.

¿CÓMO PREVENIR LA VIOLENCIA ECONÓMICA?

Si estás siendo víctima de violencia económica en tu hogar, lo primero que debes hacer es buscar ayuda, ya que esta situación puede causarte un grave daño emocional que no te permita vivir una vida sana y en paz. Además, si no se detiene a tiempo, las consecuencias pueden ir empeorando.

Puedes llamar a la línea de emergencia de tu país en donde seguramente recibirás la atención necesaria a tu caso, e incluso una guía emocional que te ayude a entender mejor esta situación y a encontrar las herramientas que te ayuden a salir de este ambiente de violencia.

En el caso de los Estados Unidos puedes marcar a la Línea Nacional sobre Violencia Doméstica llamando al 1-800-799-7233, o al 911 si la situación de violencia ha escalado a niveles peligrosos.

Además, tu educación financiera también es un factor importante para evitar ser víctima de violencia económica. Educa tu mente leyendo libros de finanzas, escuchando podcast y consumiendo todo tipo de contenido que te ayude a adoptar hábitos económicos que te permitan superarte como persona y alcanzar todo el éxito que mereces.

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